Por naturaleza tienden a ser excesivamente protectores y siempre van a querer lo mejor para su hijos. Si éstos no se muestran receptivos a la hora de conocerte puedes intentar acercarte a ellos, proponiendo una mañana de compras con tu suegra o una tarde de cañas con tu suegro.
Si el
problema es que directamente no quieren ni conocerte, mejor deja que sean
ellos quien se acerquen, te inviten a su casa, te incluyan en los planes
familiares… ¡poco a poco se darán cuenta que no eres tan mala como se piensan y
que eres la persona ideal para su hijo! Verás como bajarán del burro. Hasta entonces te aconsejamos que no busques broncas porque sino cada día se complicaran más y
más las cosas e influirá negativamente en la relación con tu pareja.
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