Hoy hablaremos sobre estas pequeñas aves con
las que tenemos que convivir diariamente. Las palomas, también conocidas como
ratas voladoras, se pueden encontrar tanto en ciudades como en paisajes rurales.
Estos queridos animalitos se alimentan de semillas y frutos, pero en las
ciudades no les queda otro remedio que alimentarse de basura u otros residuos.
Personalmente, no nos afecta su presencia, no somos de esas personas que inmediatamente cuando las ven salen corriendo, pero reconocemos que existan una gran cantidad de
ellas puede tener graves consecuencias.
Por un lado, incesantes ruidos, destrozos en jardines y plantas, malos olores, atascos en bajantes de agua, descolocación de tejas, etc. Por no hablar de la acumulación de excrementos que dañan elementos arquitectónicos o naturales y que son terriblemente corrosivos.
Por un lado, incesantes ruidos, destrozos en jardines y plantas, malos olores, atascos en bajantes de agua, descolocación de tejas, etc. Por no hablar de la acumulación de excrementos que dañan elementos arquitectónicos o naturales y que son terriblemente corrosivos.
Además pueden provocar graves problemas para
la salud como transmisión de enfermedades como la histoplasmosis, y otras
muchas acabadas en “osis”.
Incluso se pueden transmitir parásitos como
chinches, garrapatas, pulgas o ácaros. ¿Continuáis teniendo ganas de haceros
una foto con las adorables palomas en Plaza Cataluña?
Ante todo queremos dejar claro que son
animales y estamos en contra de las personas que las maltratan o directamente
las matan. En cambio, apoyamos a que se tomen medidas para que no se
reproduzcan tan rápidamente y se combatan así los problemas que éstas
ocasionan.
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